A veces me caigo y no me levanto; a veces río y otras soy puro llanto; a veces sueño despierto, a veces me alejo del dolor y el sufrimiento y me vuelvo pequeño y otras ni soñando sueño; a veces doy más de lo que tengo, a veces me ilusiono con todo y con nada y se me olvida a donde voy y de donde vengo.
Todos los días tienen ese “momento” en el que hasta respirar es una difícil tarea para conmigo. No soy una persona complicada, aunque, en ocasiones, y sin previo argumento, azote fuerte marejada, siempre consigo salir a flote…soñando de madrugada.
Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo es que siempre surgen otras en la vida. Ahora toca ser feliz de otra manera, hacer de cada estación una nueva primavera porque mi historia, aún por escribir, es aprender a vivir, sin esperar a olvidar, ni olvidar que sólo se amar.
Quizás me han faltado ganas y talento para volver a escribir, quizás esperaba la ocasión o el momento, quizás mi alma voló lejos y hoy, de nuevo, ha vuelto. No lo sé; lo que si sé es que me es más fácil expresarme por escrito, quizás las emociones y sentimientos estén menos veladas por la timidez cuándo se escribe sobre un vacío papel.
Cómo la mar soy calma y tempestad, brisa que acaricia tu cara envuelta en espuma y aroma de sal, y fuerte oleaje que viene a romper a la orilla del mar. Pero no te engañes pensando que navegar de vuelta va a ser igual, que la estela del camino enamora más que el calor del hogar.
Romántico, iluso o prohibido, la vida se me va con lo que escribo, pues ahora vivo y respiro y a mi alma siento, a veces, que pende de un hilo. De las noches oscuras he aprendido a vivir, las noches con luna me han enseñado a sentir. Las sombras de la razón, a veces, ciegan al corazón, más siento con ardor que no hay en mi vacío sino pasión.
Intento no caer, no llorar, no sentir…pero no puedo. Busco la tenue brisa del cariño y el amor y, a veces la encuentro, pero cuándo me acerco la pierdo. Intento no perderme y creer en lo que creo pero, a veces, me pierdo y realmente no se si creo.
No quiero pensar para tener que olvidar, ni olvidar para volver a pensar. No puedo callar al silencio; no quiero que me hagan daño, no quiero lamentos ni sufrimiento.
Como dice Sabina “por decir lo que pienso sin pensar lo que digo más de un beso me dieron y más de un bofetón”
Soy fuerte y luchador, cariñoso y sensible, muy sentido y susceptible, romántico y emotivo, bocazas, cabezota e impulsivo, responsable y tenaz y muy tímido pero también extrovertido. No soy rencoroso, y soy de los pocos tontos que siguen creyendo en el amor.
¿Porqué todo esto? Porque lo más bonito que se puede decir a una persona que es importante en tu vida es dar las gracias por existir, por ser; alegrarse por el mero hecho de que la otra persona exista, sea.
A veces una mirada, un gesto, una sonrisa, una caricia, un silencio….dicen más que todas las palabras que se puedan escribir. A veces, escribir también es necesario porque hay cosas que de la boca, de otra manera, no se atreven a salir.
A veces, me pierdo en el silencio y me dejo llevar por el sonido del mar, a veces para todos caigo en el olvido, a veces me encierro en mi mismo y me vuelvo introvertido y mortecino cómo un fraile, a veces me doy cuenta de la luz que hay en los ojos ajenos…sin encontrar el testigo que me de el relevo….para el próximo baile.
No me importa que me cierren ventanas y puertas…porque al corazón de quien si me importa prefiero entrar por el balcón, dejar huella y partir, cuando haya que partir, en el próximo tren…que me espera en la estación.
Jesús.
bello
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