lunes, 30 de abril de 2012

Ausencia...


Unos calcetines hechos unos ovillos en un rincón, una toalla húmeda sobre una silla y un sucio pantalón… En la calle, los niños gritan, los perros ladran y los gorriones revolotean disputándose miguitas de pan… Una taza de café sobre la bandeja, un anorak y un jersey colgados en la percha y, lejos desde la ventana se divisa la acera llena de hojas secas… Una pastilla de jabón gastada, un periódico arrugado sobre la mesa, unas camisas por planchar y en la encimera una pila de vasos de cristal…

La vida se empeña en seguir igual, a ella nada le importa, ella no entiende de sueños, recuerdos, lágrimas, olvido o soledad… solo se empeña en terminar el día para volverlo a empezar…

Las niñas preguntan y yo sonrío mientras les canto una nana para que duerman… Las niñas saben que miento y que detrás de mi sonrisa hay lamento… La chica me agarra mi dedo gordo y lo aprieta con fuerza junto a su pecho, y la mayor, de mis brazos no se suelta…

El teléfono se empeña en agradar…todos preguntan y solo algunos pretenden de verdad ayudar… Todo sigue igual…los días en silencio pasan mientras a las mañanas nunca les falta su luz… Son silencios de fuego, de recuerdos que asfixian y anhelos que se pierden en el hastío… Sábanas vacías que no dejan de recordarme que en mi vida… me faltas tú…


Jesús.

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