Las
gafas reposadas en el perfil extremo de la nariz; lee el periódico de ayer
mientras, a ratos, sube la mirada hacia arriba y observa… mira hacia un lado,
mira hacia el otro, la mira a ella de reojo y vuelve a humillar la vista…
Las
manos tejen un retal de lana, no se sabe aún si un chaleco o una bufanda… la
vista en los pespuntes ensimismada, con cadencia y mimo, puntada tras puntada…
Absorta escucha la lluvia caer mientras la estufa le calienta los pies…
Silencio,
calma, quietud, “serenidad”…
Él
hace como si no se acordara… ella, como si no le importara…
Jesús.
Me imagino perfectamente la escena.
ResponderEliminarUn saludo!