Esta noche me esperas
en el paseo, bajo la luz de aquella tímida farola azul… al margen del río… Los
miedos se entrelazan paso a paso… momento tras momento… Sin decirnos nada
silenciamos las miradas y con deseo nos besamos…
Esta noche el cielo
está raso… y los dos nos empeñamos en contemplar las estrellas… desde el primer
lucero hasta el último… El verano se acerca y es ahora cuando éstas se visten
de “etiqueta” y hasta las que de nosotros mas se alejan osan brillar más…
Aprovechamos cada
segundo que al tiempo le arañamos, viajando de norte a sur… de oeste a este…
Cuando se acababan los besos de caricias nos inventábamos… arriba en la
montaña… o con los pies descalzos junto al mar…
Algunas personas
desisten de soñar y empiezan a apagarse poco a poco… despacio, muy
despacio… Las hay también que vuelven a casa cada día, dejan su rutina
sobre una silla y salen a la calle a no dejarse derrotar…
Quiero que no te
escondas bajo la almohada… pues si bien muchos anhelos nacen ahí… también
muchos mueren allí… Así que ven, mi niña, dame la mano que vamos de las nubes a
hacerlos bajar…
La conocí con una
camiseta y un vaquero azul, hace ya
algunos veranos, en un viejo bar… junto a ella un hombre que por mediocre nunca la
supo amar… el bar atrás dejé… y de allí conmigo me la llevé…
Ahora hay arrugas y
lágrimas en los ojos de mi niña y llora por las noches cuando se va a dormir… Cuando
regreso la casa está a oscuras y de la nada su voz me susurra… "niño, mi niño…
¿estás bien?"
Se sienta en el umbral
de la puerta, junto a mí… y piensa que sus sueños rotos están mientras en la noche su mirada pierde… con esos ojitos de quien cansancio siente... de haber
vivido tanto… y esa extraña sensación de
tanto haber perdido también…
Por todas las noches
que dejamos inacabadas… por todos esos “ángeles” que vimos caer… ésta noche mi
niña y yo junto al mar vamos a regresar… y con la luna nos bañaremos… y de nuestros labios nuestros “pecados” purgaremos…
Esta noche el cielo
está raso… y será mejor que las estrellas nos salgan al paso… El verano se acerca, lo sabes ya, mi niña, y es ahora cuando éstas
se visten de “etiqueta” y hasta las que de nosotros mas se alejan osan brillar
más…
Jesús.
Que bueno.
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