martes, 4 de diciembre de 2012

Encontrarte...



A veces los sueños se pierden entre las sábanas… igual que algunos besos… A veces las lágrimas concilian el sueño sobre la almohada… igual que los más ocultos deseos…

Puedo llenarte de estrellas la habitación y hacer que la luna se asome cada noche a tu ventana… Puedo traerte el mar… escondido en una caracola… y de caricias cubrirte hasta que nos encuentre abrazados la aurora más hermosa…

Sabes, tengo una escalerita que se abre y sube alto, muy alto… muchas noches la abro, y la subo… peldaño a peldaño… Sé que estás arriba… en el lugar donde nadan mis sueños… pero cada vez que alcanzo a verte… sin saber cómo ni porqué de mí te desvaneces… y desde muy alto, de forma brusca, me caigo…

A veces cerquita… muy cerquita… a veces distante, muy distante… Te sueño de día… te sueño de noche… mas cuando osas mirarme… desapareces… y no me dejas ni tan siquiera tu piel acariciarte…

Puedo vestirte de besos cada mañana y de caricias esculpirte cada anochecer… puedo respirarte, oler… y ver lo que tú ves… pero, ¡maldita sea!, no puedo de mis sueños bajarte y entre mis brazos estrecharte… y, aún hoy, sigo sin saber si soy yo el que está perdido… o eres tú, mi niña, la que no me dejas encontrarte…


Jesús.

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