Papá..

Mece la brisa el aroma de los pinares.. a los pies de las marismas.. Al otro lado el mar.. siempre el mar..! .. entre jaras y sal.. Durante el día el rocío de la mañana.. y el dorado de los rayos de sol peinan tus "ramas".. durante la noche la brisa de poniente.. el salitre.. y desde lo alto.. la luna.. que hoy tímida te muestra su sonrisa.. De la tierra a la tierra.. del huerto a los pinos.. caen a tus pies piñas y piñones.. aulagas a tu alrededor y en primavera en flor la jara.. Silencios que no son silencios.. que también susurra el viento al cielo sus rezos..

Una caracola.. y desde la orilla arena blanca que baña de azul el mar.. retama y entre ella.. siempre flores.. descansa la "tierra".. en tierra marinera y de pescadores.. Del mar para afuera.. los pies en tierra pero la mar siempre cerca.. que como buen marinero.. osado siempre en "navegar" callando siempre.. que la travesía se hacía sin saber "nadar"..

Verde aceituna.. bajamar de fango y sal.. tras las dunas la luz de un faro de coordenada sur.. Adonde te lleven los pasos.. hacia donde no supiste y hasta donde quisiste tu.. en tus "ramas" siguen cantando los pájaros.. y la mar incesante en su silencio, como cada día, se viste de azul..

Hoy cumplirías años.. papá..

Te quiero.. 

Que bonito cuando hablan los ojos..
que bonito cuando con su verdad 
desmienten palabras..
y dejan "desnuda" a la sonrisa... 
Que bonito cuando los ojos hablan..
y el resto del mundo.. calla.. 
¡Cómo brillan esos ojitos
cuando enmudece tu voz..
que hasta el silencio
se hace bonito
cuando nos miramos los dos!


Jesús.

Mariposas...

Y revolotean... y agitan sus alas….

y le dibujan los ocres al otoño…

a merced del viento...  
de las musas y las hadas…

Mariposas que se posan en tus sueños…

lo mismo juegan en tus labios…

que en el estómago se alborotan…

otras, en cambio, anidan en la memoria…

Y pasó la nostalgia… y los recuerdos…

y soñaron los sueños… dormidos o despiertos…

y sopló el viento… y revolvió tu pelo…

y después silencio… 

Y revolotean… y juegan…

Mariposas de “papel” o “celofán”… que más da…

Todas se alborotan… cuando digo tu nombre…

o tan solo lo pienso… 

Jesús. 

#parati.. 

Silencio..

A momentos puedo ser tan indefenso a tu merced… que negarte… llorarte… ya no se…

Me gusta sentir que te siento… como mis manos te buscan… aunque no estés cerca… como mi voz en silencio te  grita cada noche… y mi alma deja ya de soñar… sabiendo que no hace otra cosa que soñarte…

Nunca se aprende la lección… y se vuelve a amar “desnudo”… y sin antifaz…

Y rescato en las mañanas tristes… el quererte como te he querido… sabiendo que aún herido locamente te sigo queriendo…

De la duda a la indecisión… mejor si… mejor no…

Ya garabatee mil versos… y en ellos me perdí… para encontrarme en tus ojos…

Silencio tu me das… el mismo que a mi me mata…  sin preguntar no preguntes mas… ésta es mi respuesta…

Jesús. 

No te das cuenta...

Y no te das cuenta… que lo que me enamora no es ese café… es ese momento que juntitos compartimos mientras busco tu mirada a través del humo en él… es buscar tus dedos entre tus manos… y encontrarlos…. Es ese “silencio roto” en mitad de la noche… buscándome a mi… y encontrándote yo a ti…

Y no te das cuenta… que no son esos pulcros formalismos lo que necesito… que si estoy caído no quiero palabras hechas… ni silencios vacíos… siéntate a mi ladito… mírame… acurruca en mi hombro tu cabecita y grita en silencio “amor mío”… verás que pronto se iluminan mis ojitos…

Y no te das cuenta… que en la “superficie” de todos te pierdes… descuidando ese “mar”… que de amor está lleno… y cuando a tu antojo lo quieres buscar… la luna está llena y al “ mar” se lo llevó la marea… 

Y no te das cuenta… que la confianza no se gana con verdades a medias o mentiras enteras… que cuando se calla mas que se habla o se habla mucho prometiendo nada… los sentidos palidecen como la noche… e igual que la mar… con la marea se van…

No te das cuenta… que en un instante todo lo hermoso se condensa… que dos corazones no solo con los labios se besan… que todo empieza y todo acaba en una “caricia”… o en una "palabra"… que las lágrimas no siempre son de sal… que las hay que están llenas de mucho amor… y felicidad…

Jesús.

"Hojas"...

No son del otoño las hojas que en las ramas brotan...y caen... Parece...pero no lo son... Tonos amarillos, ocres, pardos verdosos y rojizos... pero no están vestidas de "oro" las hojas caídas del otoño... Yacen en el suelo como piel lacerada por el tiempo... cuarteada, reseca... y en el centro, transversal desciende una nervadura que difumina en ternura "labios" de sombra y luz...

Del otoño son y no son las hojas que brotan y caen... ayer latía en ellas el deseo... hoy, mecidas al viento, lloran de duelo... Algunas, ya en su agonía, carecen de color y estación... Son gotas de lluvia... que acunadas caen en un ligero y dulce vuelo dibujando sueños... como la ropa íntima cuando busca el suelo... 

Desnudas quedan las "ramas" del otoño... y, no queda nada mas que ver... que no haya sido visto ya... No son del otoño las hojas del "cielo"... como tus ojos cuando me miran en silencio... parece que son... pero no son... 

Jesús.

¿Seguir? ...

Hermoso fue mientras duró… La época de las sábanas deshechas, las anécdotas de aquél trabajo que poco nos dejó…pero que para encontrarnos sirvió… Las historias… ni tuyas ni mías… de los dos… las fotos atrevidas de cuerpos ávidos y desnudos, las eternas provocaciones disparadas contra el conformismo y la supremacía por hacer dominantes las ideas… los poemas inacabados, la lluvia y la tormenta… de discusiones… y la defensa del arte y la filosofía… para disimular y cubrir las heridas… Ya todo aquello pasó… fue hermoso mientras duró…

Hoy llegan a mi unos pocos recuerdos nostálgicos de épocas pasadas… como queriendo reproducir la magia inicial… como esas otras muchas parejas en donde ya no pasa nada e intentan reproducir sin éxito el encanto de las primeras citas… ya sea pasando la noche en un hotel… por horas… o bebiendo champagne a la luz de una vela… o, en última instancia, haciendo un viaje de hiel buscando la “luna”… esa luna de miel… que no se en que rutina gris se perdió…

La vida es fluida… está diseñada para vivirla y hacer que sucedan cosas… para que broten las chispas de la ilusión en cada momento y en las más hermosas pero pequeñas cosas… Pero cuando “nada” pasa… ni por aquí ni por allá… ¿para qué seguir así? …

Jesús.

Noche clara...

Hace una noche clara y, entre todos estás tú… Veo a una muchacha descalza  y recostada sobre el capó de un viejo coche azul... Bebo cerveza fría mientras se moja mi cuerpo bajo un cálido aguacero templado por los grillos que todavía cantan a estas alturas del verano…

Las personas se asemejan a sombras por aquí… siempre en silencio… cogidas de las manos… La noche está viva… y por algunos rinconcitos se siguen apagando llamitas secretas y “encendidas”…

Solo una mirada y un musitado susurro en tus labios… y todo sobra… que el Mundo a “volar” se ha ido…

Bajo las estrellas de esta ciudad dos corazones laten jugando a jugar entre sábanas… que en esta noche tan tierna hay una habitación “cerrada” que primero suspira a dulce y suave negativa y luego… a deseo, caricias y entrega…

Nadie mira cuando me alejo… ni tan siquiera cuando en tu ventana me ves partir mientras con sutileza la luz de la habitación apagas…

Las calles están a estas horas vacías y los poetas ya no escriben sobre sus paredes poesía… Los pasos se suceden uno tras otro… mientras el Mundo gira… es un momento… el que reluce en tus ojos y hace que un suspiro se convierta en eterno cuando te miro…y me miras... 

Jesús. 

Luz...

Brisa de verano que revolotea por tus pestañas y se entretiene en tu pelo… unas veces acariciándolo… otras encrespándolo… Ecos de un vetusto mar azul que se empecina en bañar tus pies… una y otra vez…

La tarde, aciaga ya, me trae a la memoria los recuerdos de un tiempo que por ser pasado no ha dejado nunca de ser tan nítidamente vivido… Tardes que saben a sal más que a sol… tardes de continuos “quiero”, de sueños e inocentes deseos… tardecitas de luz… más que iluminar el cielo… era ésta la que reposaba en tus ojos… tardes de piratas y bucaneros… de indios y vaqueros…  y a la noche nos tumbábamos sobre la arena a mirar el firmamento y a contar luceros…

¿Es tu nombre ese que tanto me silba el viento? … me miras… lo piensas… y lo pienso… Dame la mano, no tengas miedo, subiremos a lo alto… a lo alto del faro… te enseñaré ese lugar secreto que yo solo se… ese lugar donde cada noche las estrellas cantan y se bañan en el mar… a veces incluso hasta baja la luna y con ellas chapotea… de mi no dudes, mira hacia allí… dame la mano… o mejor abrázame… que quiero que en mi creas… Tápate… no me cojas frío… cae la noche y hace relente… acurrúcate junto a mi… que ahora averiguaremos porqué la noche sigue siendo tan oscura si existe entre los dos tan intensa y hermosa luz…

Jesús.

Mirarnos...

Ella, siempre tan tímida y secreta ahoga las penas en pensamientos y miradas…

Me contó una vez, hace tiempo… hace mucho tiempo… que estuvo enamorada… Él la miró… y ella lo miró a él… y al poco tiempo, sin saber cómo ni por qué, se encontraron abrazados bailando… y bailaron y bailaron… así toda la noche… Al menos, eso me contó…

Pensaba que podía pasar desapercibida… ajena a las miradas… olvidando que entre cientos unos ojos de ella no se apartarían…

Con el tiempo el chico desapareció… con los padres partió a tierra lejana… sin más miradas… y sin despedida… Ella, en su silencio una carta dejó escrita… una carta que nunca nadie leyó… una carta de lágrimas vestida, sentida… una carta de amor en la que nunca supo decir “adiós”… que de entre tantas palabras escritas… esa, nunca se escribió…

Ella, está sentada hoy junto a mí… me toca las manos y acaricia con sus dedos mi carita… y mi nariz… pero sobre todo, lo que hacemos ella y yo… es mirarnos… mirarnos como testigos mudos que en silencio se adormecen en su letargo…

Nadie más nos ve… solos entre todos estamos ella y yo… pues si algo justifica tan hermoso momento… es que, a los ojitos, no podemos dejar de mirarnos…

Jesús.