sábado, 12 de mayo de 2012

Reflexión II ...



Hay algo a lo que los hombres temen, algo que padecen y sufren en silencio, que muchos callan y pocos son los que lo dicen… algo que, en su justa medida, sirve para hacernos crecer y, en demasía, para no dejarnos avanzar y anclarnos al suelo como estatuas de sal…

Lo que teme el hombre es el miedo; el miedo a tener miedo… ¿Qué tipo de miedo? Cualquiera. Desde el miedo de la inocencia hasta el miedo del remordimiento. El miedo Social, Espiritual, Sexual, el miedo a lo desconocido y el miedo a la “verdad”. El miedo a nosotros mismos, a conocernos y a no querer mirar más porque nos da “miedo” lo que vemos…

El Mundo se está acobardando cada vez más y transforma ese miedo en frustración e impotencia que a la vez se transforma en ira… Las personas, hombres o mujeres, optan por el deseo y el goce “irracional” de lo inmediato, enmascarando el miedo en lascivos deseos reprimidos, en adoración irracional a falsos mitos, en Religión extremista o en última (o primera.. pero ese es otro tema..) instancia en enfermedad…

A la larga, la no afrontación del miedo, de nuestros miedos, derivará en la auto-destrucción de la persona (real-simbólica o imaginaria)… (si no está ocurriendo ya..)…

El camino fácil, la vía rápida como medio “aparentemente eficaz” de eludir el miedo solo nos lleva a vivir en la “superficie”…
Un camino puede recorrerse cientos de veces y aún así descubrir y sorprenderse por algo nuevo cada vez… más en lo superficial, el camino se vuelve ruta y la ruta itinerario y el itinerario memoria y la memoria al final, mal que nos pese, acaba en olvido…

El reto es enfrentar el miedo como un enigma a resolver… quizás no encontremos respuestas, quizás al final del todo a ningún puerto creeremos haber llegado… pero seguro que nos hará mejores, al menos fuertes para seguir caminando sobre este “camino” que llamamos vida…  El ser capaces de afrontar el miedo, nuestros miedos, nos permitirá recorrer el camino, nuestro camino, disfrutando del paisaje y sorprendiéndonos de que a cada paso y a cada lado podemos encontrarnos con trigo, hierba fresca y hasta flores…

Jesús.

PD: Ésta reflexión aconsejo, no solo se interprete literalmente; me gusta, en ocasiones, utilizar el doble sentido, y dejar dos mensajes… uno en la superficie y otro en lo profundo…   

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