Hay algo a lo que los
hombres temen, algo que padecen y sufren en silencio, que muchos callan y pocos
son los que lo dicen… algo que, en su justa medida, sirve para hacernos crecer
y, en demasía, para no dejarnos avanzar y anclarnos al suelo como estatuas de
sal…
Lo que teme el hombre
es el miedo; el miedo a tener miedo… ¿Qué tipo de miedo? Cualquiera. Desde el
miedo de la inocencia hasta el miedo del remordimiento. El miedo Social,
Espiritual, Sexual, el miedo a lo desconocido y el miedo a la “verdad”. El
miedo a nosotros mismos, a conocernos y a no querer mirar más porque nos da
“miedo” lo que vemos…
El Mundo se está
acobardando cada vez más y transforma ese miedo en frustración e impotencia que
a la vez se transforma en ira… Las personas, hombres o mujeres, optan por el
deseo y el goce “irracional” de lo inmediato, enmascarando el miedo en lascivos
deseos reprimidos, en adoración irracional a falsos mitos, en Religión
extremista o en última (o primera.. pero ese es otro tema..) instancia en
enfermedad…
A la larga, la no
afrontación del miedo, de nuestros miedos, derivará en la auto-destrucción de
la persona (real-simbólica o imaginaria)… (si no está ocurriendo ya..)…
El camino fácil, la vía
rápida como medio “aparentemente eficaz” de eludir el miedo solo nos lleva a
vivir en la “superficie”…
Un camino puede
recorrerse cientos de veces y aún así descubrir y sorprenderse por algo nuevo
cada vez… más en lo superficial, el camino se vuelve ruta y la ruta itinerario
y el itinerario memoria y la memoria al final, mal que nos pese, acaba en
olvido…
El reto es enfrentar el
miedo como un enigma a resolver… quizás no encontremos respuestas, quizás al
final del todo a ningún puerto creeremos haber llegado… pero seguro que nos
hará mejores, al menos fuertes para seguir caminando sobre este “camino” que
llamamos vida… El ser capaces de
afrontar el miedo, nuestros miedos, nos permitirá recorrer el camino, nuestro
camino, disfrutando del paisaje y sorprendiéndonos de que a cada paso y a cada
lado podemos encontrarnos con trigo, hierba fresca y hasta flores…
Jesús.
PD: Ésta reflexión
aconsejo, no solo se interprete literalmente; me gusta,
en ocasiones, utilizar el doble sentido, y dejar dos mensajes… uno en la
superficie y otro en lo profundo…
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