Me
enseñaste a amar el mar, a besar con la mirada... a contar estrellas, a dar el
salto y volar... desplegando las alas… Me enseñaste a descubrir lo hermoso que
es un silencio… a jugar con las palabras, a descubrir un mundo nuevo en cada
caricia y susurrar tu nombre en mis labios cada mañana al despertar...
Me enseñaste a que saben las
noches contigo, a contemplar la luna en su majestad, a oler la hierba fresca...
o la sal que viene envuelta bajo las olas que rompen en la orilla del mar... Me
enseñaste de qué colores se viste la aurora cuando en tus brazos amanezco, a escuchar como
cantan los grillos en verano, a contemplar el firmamento de mil formas… todas distintas… y a sentir los colores que el tiempo dibuja en
cada estación...
Me enseñaste que el amor es
algo más que amor... que amar no es solo querer... ni querer es siempre amar...
Me enseñaste que la admiración no es solo un "juego" de
adolescentes... que se puede adorar a alguien con el alma y la verdad...
Me enseñaste a no hablar por
hablar... a ciegas en ti confiar... me enseñaste que las manos no solo sirven
para dibujar... que mi cuerpo cada día es esculpido por ti... Pero hay algo que
jamás me enseñaste... hay algo que no supe ni quise de ti aprender... pues no
puedo ni imaginarme... a vivir, mi niña, sin ti...
Jesús.
Por eso eres un maestro...Por que supiste aprender como amar.Cuando llegue el alba de esta negra noche del olvido, seras libre para volver a comenzar.
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ResponderEliminarTe enseñò todo y tù solo la recordaràs...asì todo pasa y ya veràs otro amanecer mucho mejor que el que ella te enseñò.
ResponderEliminarMaria Auxiliadora
Gracias.. Hago un juego de palabras intencionado en el escrito... la que enseña no es ella... ella tan solo aprendió... pero la dejo de "maestra"... para que al final recoja... lo que "sembró"... #yomeentiendo..
ResponderEliminarMuchas gracias!