Han pasado los años.. y al contemplar esta foto no puedo dejar de emocionarme..
Hay a quién no les gusta los animales, lo respeto, pero yo los adoro, en especial los perros. Nobleza al límite, ternura y amor incondicional es lo que suelen ofrecer, y eso, en los tiempos que corren es difícil de encontrar..
Éstos son mis niños, como yo los llamaba y como siempre los llamaré.. Yerko y Zelín..
Zelín es un cruce de Setter Irlandés y podenco.. y salió un peluche canelita con unos ojitos color miel y una trufa negra para comérselo.. Puro nervio y un punto de “locura” que le hacían estar inquieto la mayor parte del día pero con una nobleza que yo no he visto jamás.. Un poco celoso y arisco en el exceso de cariño; había que entenderlo porque le encantaban las caricias y que le rascaran detrás de la oreja o en la barriga pero no que le besuquearas..
Yerko es un Setter Irlandés puro color caoba con la carita más bonita en este tipo de raza que yo haya visto nunca.. Él era guapo, la majestad, el empaque, el saber estar y el ser más cariñoso y dulce que he tenido a mi ladito. Le gustaba la comodidad y que lo besaras; para nada celoso aunque sí muy “zorrito” en las travesuras (la mayoría las hacía él y se llevaba el rapapolvo el otro porque sabía muy bien “guardarse las espaldas”). Muy callejero y más débil de salud que Zelín (que era más fuerte).
Pues aunque habrá quienes me tilden de loco mis niños me lo han dado todo, muchas cosas… que no he encontrado en muchas personas que se hacen llamar seres humanos.. incondicionalidad, compañía, amor …
Captaban perfectamente mis momentos malos.. de tristeza o apatía, de lucha o entereza.. Estuvieron a mi lado a lo largo de un proceso de cáncer y creo que gran parte de mi curación se la debo a ellos.
Luego desarrollé una alergia al pelo de animal (perros y gatos) y los médicos me dijeron que me tenía que separar de ellos si quería mejorar .. No lo hice. Al igual que ellos estuvieron a mi ladito yo también juré estar al suyo hasta el final, aunque aquello me supusiera hipotecar mi salud durante unos años.
Yerko vivió 13 años y seis meses y hubo que sacrificarlo por parálisis cuartos traseros y Leismaniosis.. murió en mis brazos mientras le besaba..
Zelín vivió 15 años (le faltó un mes para hacerlos) y hubo también que sacrificarlo por un tumor y Leismaniosis.. murió en mis brazos mientras le acariciaba y besaba..
Pocas veces en mi vida he llorado tanto como en éstas dos ocasiones ..
Podría escribir un libro con mil anécdotas y momentos.. una etapa de mi vida dura, difícil .. pero también (y ahora lo sé) tremendamente feliz ..
Mis niños, a los que criamos con biberones, me adoraban .. porque yo les adoraba a ellos .. mis niños nunca se separaron de mi, ni en los buenos ni en los malos momentos .. tampoco yo lo hice .. mis niños vivirán siempre en mi recuerdo, y gracias a ellos hoy puedo decir con orgullo que soy mejor “persona”..
Esta fotografía creo que es del año 1999.. ellos ya no están (Yerko murió el 19 de Enero de 2001 y Zelín el 25 de Marzo de 2002) y yo soy unos años más viejo …
Les dediqué estos versos que están en la portada de un libro que escribí…
A la dulzura, la ternura y cariño
a la nobleza, al calor y apego,
al amor incondicional,
a la alegría y docilidad,
a toda una vida,
a Yerko y Zelín,
mis niños..
Jesús.
Jesús.
Una foto muy bonita y emotiva... al igual que esos dos grandes "amigos" que has tenido...
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