sábado, 14 de abril de 2012

Una historia... (que se desvaneció...)



Cuando estés lejos de mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que siento por estar, mi vida, junto a ti... Tu ser creció como una enredadera por mi ser; creció y trepó hacia mi alma y echó raíces en mi corazón...

Cómo una ola a merced del viento sin rumbo fijo ni puerto en el que calar, así estaba yo. Llegaste a mi vida sin pedir permiso, y te deje pasar. Te cruzaste en mi camino, y bastó mirarnos a los ojos para juntos empezar a caminar…  Instantes y momentos fugaces, que son los que de forma irremediable se clavan en el corazón. Esas pequeñas cosas, que no son nada y todo lo son. Un gesto, una mirada, una caricia…tus manos entre mis manos, el timbre de tu voz y mi voz, que hacen que juntos siempre estemos los dos...

Tardes de merienda, endulzadas por besos, abrazos y caricias; mimos y gestos de complicidad. Tardes de camita acurrucaditos dejándonos llevar. Días de urgencias, sin prisas pero con prisas, hay que ir allí para luego volver allá. Da igual que sea una merienda, un almuerzo o una cena; da igual…por la noche te vas y te alejas. Noches italianas, Roma o Venecia, nos atrapan con amor para volver a la cama, de nuevo, acurrucaditos los dos. Bajo un manto de estrellas devoramos el silencio rodeados de “almendros”, para decirnos adiós y mañana volver a vernos. Es cocinar, comprar o simplemente una ducha; es un paseo, un mensaje o una pregunta. Hablamos, te escucho y me escuchas, nos enfadamos y nos reconciliamos, y en un manto de amor nos abrazamos...

No se ya vivir sin sentir cerca tu calor, tu piel, tus ojos sobre mis ojos, tus dedos y tus manos acariciando mi piel mientras mis dedos se pierden entre tu pelo. No se ya vivir si no te tengo cerca y te siento junto a mí. No se respirar si no te veo delante de mí pasar. No se llorar ni reír si no siento sobre mí el peso de tu amor, y me lleno de llanto y aflicción cuándo te siento partir...

Cuando estés lejos de mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que siento por estar, mi vida, junto a ti... De una forma o de otra, no me he separado de ti desde que te conocí, desde que sin permiso, entraste en mi vida. Llenas cada rincón de mi existencia, y ahogas mi silencio con caricias y besos. Estos días sin ti, amor mío, los he de vivir; cómo no lo sé… Yo estaré aquí y tú estarás allí. Soñaré despierto una vez más, y te escucharé cantar y bailar, reír y mirar, mientras dormido las horas dejaré pasar… No quiero tener la amistad de la soledad una vez más, no quiero derrochar tiempo si a mi lado tú no estás, no quiero perderme en el vacío ni en la humedad de la noche, no quiero viajar, sin tu esencia, solo en el coche…

Cuando estés lejos de mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que nacen de mí para crecer en ti; para decirte, una vez más, que te adoro, que te deseo, que te quiero y amo con locura, y que aunque, ahora, tu estés allí y yo aquí, tu, mi amor, vives en mí y yo en ti...

Cuando estés lejos, amor, yo estaré allí y tu estarás aquí.

Jesús. 

1 comentario:

  1. Un escrito muy bonito, me recuerda mucho a una historia, mi historia

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