Cuando estés lejos de
mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que siento por estar, mi vida,
junto a ti... Tu ser creció como una enredadera por mi ser; creció y trepó hacia
mi alma y echó raíces en mi corazón...
Cómo una ola a merced
del viento sin rumbo fijo ni puerto en el que calar, así estaba yo. Llegaste a
mi vida sin pedir permiso, y te deje pasar. Te cruzaste en mi camino, y bastó
mirarnos a los ojos para juntos empezar a caminar… Instantes y momentos fugaces, que son los que
de forma irremediable se clavan en el corazón. Esas pequeñas cosas, que no son
nada y todo lo son. Un gesto, una mirada, una caricia…tus manos entre mis
manos, el timbre de tu voz y mi voz, que hacen que juntos siempre estemos los
dos...
Tardes de merienda,
endulzadas por besos, abrazos y caricias; mimos y gestos de complicidad. Tardes
de camita acurrucaditos dejándonos llevar. Días de urgencias, sin prisas pero
con prisas, hay que ir allí para luego volver allá. Da igual que sea una
merienda, un almuerzo o una cena; da igual…por la noche te vas y te alejas.
Noches italianas, Roma o Venecia, nos atrapan con amor para volver a la cama, de
nuevo, acurrucaditos los dos. Bajo un manto de estrellas devoramos el silencio
rodeados de “almendros”, para decirnos adiós y mañana volver a vernos. Es
cocinar, comprar o simplemente una ducha; es un paseo, un mensaje o una
pregunta. Hablamos, te escucho y me escuchas, nos enfadamos y nos
reconciliamos, y en un manto de amor nos abrazamos...
No se ya vivir sin
sentir cerca tu calor, tu piel, tus ojos sobre mis ojos, tus dedos y tus manos
acariciando mi piel mientras mis dedos se pierden entre tu pelo. No se ya vivir
si no te tengo cerca y te siento junto a mí. No se respirar si no te veo
delante de mí pasar. No se llorar ni reír si no siento sobre mí el peso de tu
amor, y me lleno de llanto y aflicción cuándo te siento partir...
Cuando estés lejos de
mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que siento por estar, mi vida,
junto a ti... De una forma o de otra, no me he separado de ti desde que te
conocí, desde que sin permiso, entraste en mi vida. Llenas cada rincón de mi
existencia, y ahogas mi silencio con caricias y besos. Estos días sin ti, amor
mío, los he de vivir; cómo no lo sé… Yo estaré aquí y tú estarás allí. Soñaré
despierto una vez más, y te escucharé cantar y bailar, reír y mirar, mientras
dormido las horas dejaré pasar… No quiero tener la amistad de la soledad una
vez más, no quiero derrochar tiempo si a mi lado tú no estás, no quiero
perderme en el vacío ni en la humedad de la noche, no quiero viajar, sin tu
esencia, solo en el coche…
Cuando estés lejos de
mí, quiero que leas y hagas tuya estas palabras que nacen de mí para crecer en
ti; para decirte, una vez más, que te adoro, que te deseo, que te quiero y amo con locura, y que aunque, ahora, tu estés allí y yo aquí, tu, mi amor, vives en mí y yo en ti...
Cuando estés lejos, amor,
yo estaré allí y tu estarás aquí.
Jesús.
Un escrito muy bonito, me recuerda mucho a una historia, mi historia
ResponderEliminar