Parece que el mayor pecado que se puede cometer en éste cinismo de
realidad, al que llamamos vida, es “nadar contra corriente”. Decir cuál es
nuestra “verdad” a riesgo de caer en el “pozo vacío” de algunos simplemente
porque cometes la “osadía” de atreverte a pensar.
A veces, las cosas no “son como son”, al igual que ni se pone ni
sale el sol, que es la Tierra la que gira alrededor de él… A veces, la “verdad” no está escrita en un
titular ni en un diario de tirada nacional… A veces, la “verdad” se esconde en
el silencio y, otras, en los que claman en las calles paz, justicia y libertad…
Me gusta “nadar contra corriente” y no nadar en el océano de los
que hablan por hablar… Sí, la vida es compleja… o quizás, extremadamente
sencilla… y sea el hombre para ella la peor de las pesadillas…
Deberíamos de pensar más… y no “creer saber” tanto… deberíamos de
callar antes de empezar a hablar, de saber escuchar… antes de creernos en
posesión de no sé qué absoluta verdad…
Me gusta “nadar contra corriente” y no sentirme del rebaño redil y
parte… Prefiero, como el salmón, surcar los ríos contra corriente y al final
del recorrido, en la orilla, exhausto, depositar mis ideas y descansar… a tu vera eternamente…
Los ríos siempre fluyen… lo que mansamente has depositado, para
unos será “pan” y filosofía de vida… para otros, sin embargo, seguirá siendo
pecado…
Jesús.
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