miércoles, 1 de agosto de 2012

Rutina...



Las cosas se suceden con una tibia sensación de continuidad… Desayunamos, nos aseamos, en silencio soñamos… a veces, hasta nos besamos…

El trabajo o la pareja… una secuencia de repetición… un paseo, la cena ya está hecha… Todo sigue su ritmo, nada va a cambiar… no hay porqué temer, pensamos… creemos…

No prestamos atención a los cambios imperceptibles, a la sutileza, a la magia de un segundo, al segundo que transforma un “momento”… a la ilusión que lucha por sorprender y convertir la sorpresa en ilusión…

Si nos fijamos “veremos” que no hay inmovilidad… que todo fluye, que siempre hay un proceso en marcha… un rio de luz que a cada instante fluye… ¿Son tus ojos?... No, eres tú…

En cualquier momento el agua puede fluir en forma de “lluvia” y regar la tierra de la ilusión… o caer en cascada hacia el abismo de lo usual…

Son placenteras las rutinas… paz y sosiego dan… es incuestionable… pero quizás no habría que “entregarse” a ellas con sumo afán…

Jesús.

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