Sabes cariño, cuando te perdí…
No se… a veces pienso que atrás se quedaron muchas cosas… tal vez
la cobardía… tal vez el valor…
A veces desearía que el cielo me mandase una señal… Tuve miedo,
sí, ahora lo sé, tuve miedo a perder… o, quizás, a no saber perder…
A veces pienso que el fuego de aquellas noches entre las estrellas
se ha escondido… buscando cada segundo sanar las heridas que nos hicimos… esas
que surgen de los reproches y de lo que nunca nos dijimos…
Yo… yo, no sé… Me estremezco… y un escalofrío recorre mi espalda…
Solo quiero tomarte entre mis brazos… abrazarte fuerte, cariño…
Toma, sécate los ojos… y vámonos a la camita… Sé que fuera, no muy
lejos, nos esperan las heridas del pasado hechas presente… nos esperan heridas
hechas palabras… en boca de otros… nos esperan látigo y fusta, llagas y envidia…
Están ahí fuera… nos están esperando… pero no nos pueden herir ahora, ahora no,
porque tú, mi niña, tienes mi amor, mis brazos y mi aliento… y ni la lluvia ni
el viento nos pueden ahora lastimar… Tú tienes mi amor en alma y corazón… No llores
ahora, no, no llores ahora… ahora no, no mi niña, no llores… ahora no…
Jesús.
que ternura Dios...
ResponderEliminar